Desde el momento en que tu bebé llega al mundo, un instinto te guía a cuidar cada aspecto de su bienestar. Entre estos cuidados, la alimentación ocupa un lugar especial, con la vitamina D brillando como una estrella de nutrición esencial. Aunque la leche materna aporta muchos nutrientes, necesita un poco de apoyo en forma de suplementos de vitamina D, para que tu pequeñín crezca con huesos fuertes y un corazón lleno de salud. Te invitamos a el mundo de la vitamina D para bebés, donde aprenderás sobre sus beneficios, la dosis ideal, cómo administrarla con cariño, y cómo mantener el equilibrio perfecto para el bienestar de tu pequeño.
¿Por qué es importante la vitamina D para mi bebé?
La vitamina D es esencial para el desarrollo y el funcionamiento de nuestro organismo. Es uno de los micronutrientes más importantes para el mantenimiento de nuestra salud, especialmente durante los primeros años de vida.
Una de las funciones más importantes es la relacionada con la salud ósea. La vitamina D es imprescindible para el crecimiento y desarrollo de las estructuras óseas del cuerpo en los niños: huesos y dientes.
Además, ayuda a la salud, funcionamiento y resistencia de los músculos.
La vitamina D también es muy importante para luchar contra las infecciones y tener un corazón sano, fortalecer el sistema inmunitario, manteniendo sus defensas en forma, y disminuye el riesgo de padecer enfermedades crónicas.
¿Cuánta vitamina D necesita mi bebé?
Lo primero de todo debes tener en cuenta lo siguiente:
- La leche materna aporta muchos nutrientes, pero es naturalmente pobre en vitamina D. Con los hábitos de vida actuales, a las madres que amamantan les es prácticamente imposible sintetizar la cantidad suficiente de vitamina D para que sus necesidades y las de su bebé estén cubiertas. La leche materna para los recién nacidos sanos contiene muy poca cantidad de vitamina D, incluso en madres con niveles altos.
Por ello, los lactantes alimentados exclusivamente con leche materna, especialmente los nacidos de madres con deficiencia de vitamina D, corren un mayor riesgo de padecer raquitismo. Aunque la suplementación de vitamina D en madres que están con lactancia materna ha demostrado un incremento en la concentración de vitamina D en la leche materna pero no parece ser suficiente. - Si le das el pecho a tu bebé, no obtendrá suficiente vitamina D sólo a través de tu leche. Por lo tanto, el pediatra te recomendará será necesario complementar su alimentación un suplemento líquido de vitamina D.
- Si alimentas a tu bebé con leche de fórmula: la mayoría de las marcas incluyen vitamina D en sus productos, aunque no todas la misma cantidad. Sigue las recomendaciones de tu pediatra y revisa la etiqueta para estar segura. Pero, recuerda que para cubrir las necesidades que su organismo requiere, tu bebé debería tomar al menos un litro de leche de fórmula fortificada con vitamina D. y la mayoría de los bebés, sobre todo los recién nacidos no pueden tomar tanta cantidad. El pediatra te recomendará también suplementar con una fórmula líquida de vitamina D. Sigue sus indicaciones.
- A medida que tu bebé crezca y empieza a consumir alimentos sólidos, puedes ayudarlo a cubrir las necesidades diarias de vitamina D al darle comidas que la contengan, como salmón, yemas de huevo y alimentos fortificados.
La deficiencia de vitamina D es muy prevalente en los niños de todo el mundo, por lo que las asociaciones internacionales y nacionales recomiendan el tratamiento con vitamina D durante el primer año de vida para prevenir posibles estados carenciales.
Las principales entidades nacionales e internacionales de prestigio sobre las necesidades de la vitamina D en niños menores de 18 años recomiendan lo siguiente:
- Los lactantes menores de un año lactados al pecho deben recibir un suplemento de 400 UI/día de vitamina D, iniciando su administración en los primeros días de vida. Estos suplementos se mantendrán hasta que el niño ingiera 1 litro diario de fórmula adaptada enriquecida en vitamina D.
- Todos los lactantes menores de un año alimentados con fórmula adaptada que ingieren menos de 1 litro diario de fórmula han de recibir un suplemento de 400 UI/día.
- Los niños o adolescentes que tengan factores de riesgo de déficit de vitamina D y que no obtengan 400 UI/día con la ingesta de un litro de leche, con alimentos enriquecidos o con una adecuada exposición solar, deben recibir un suplemento de vitamina D de 400 UI/día.
De manera general y para saber si tu peque está tomando suficiente vitamina D, valora lo siguiente:
Edad del bebé | Necesidad diaria de vitamina D | Fuentes de vitamina D |
---|---|---|
0-6 meses | 400 UI | Suplementación |
6 – 12 meses | 400 UI | Suplementación y alimentos sólidos |
Más de 1 año | 600 UI | Suplementación o alimentos sólidos |
Fuentes de vitamina D para los bebés
Hay varias formas de obtener vitamina D. Para los bebés es más difícil hacerlo de forma natural, de modo que la suplementación es la mejor opción. Algunas fuentes de vitamina D son, entre otros:
- Luz solar. Nuestros cuerpos fabrican vitamina D de forma natural cuando exponemos nuestra piel a la luz del sol. De esta manera obtenemos casi el 90% de la vitamina D que nuestro cuerpo necesita para funcionar correctamente. Sin embargo, los peligros asociados a la exposición directa al sol hacen que en el caso de los bebés especialmente no sea la fuente de vitamina D más adecuada. Para evitar quemaduras, cáncer y problemas relacionados con la piel se recomienda no exponer dentro de lo posible o a al menos limitar el tiempo de esta exposición directa al sol y usar protección solar adecuada.
- Leche materna. La leche materna proporciona casi todas las vitaminas que el bebé necesita, especialmente las del grupo C, E y B. No obstante, los niveles de vitamina D que contiene no son suficientes para garantizar la salud de los huesos y prevenir enfermedades como el raquitismo. Con los hábitos y el ritmo de vida actuales, a las madres que amamantan les es prácticamente imposible sintetizar la cantidad suficiente de vitamina D para que sus necesidades y las de su hijo estén cubiertas.
- Leche de fórmula. La leche de fórmula casi siempre está reforzada con vitamina D (aproximadamente 400 UI por litro), por lo que podría ser una fuente adecuada, pero para ello el bebé debería tomar al menos un litro de leche fortificada con niveles adecuados de vitamina D al día.
- Alimentos sólidos. Algunos alimentos sólidos aportan vitamina D, aunque son pocos y la contienen en cantidades bajas. Esta fuente, a través de la cual sólo conseguimos el 10% de nuestras necesidades diarias, no es una opción para los bebés, ya que no podrán consumirlos hasta que sean más mayorcitos y puedan empezar a comer huevos, yogur, cereales y mucho más adelante el hígado y pescado azul (sardina, caballa, salmón).
- Suplementos. La mejor manera de que los bebés obtengan diariamente la cantidad recomendada de vitamina D es con suplementos líquidos que garanticen las 400 UI que necesitan cada día. En el mercado hay diferentes productos a base de vitamina D.
En resumen:
- Los bebés necesitan vitamina D para mantenerse sanos y desarrollar huesos y músculos fuertes.
- La leche materna tiene poca cantidad de este nutriente.
- Es posible que la leche de fórmula no se consuma en cantidades suficientes para alcanzar un nivel óptimo.
- Los bebés no pueden por tanto obtener suficiente vitamina D a través de fuentes naturales (sol y alimentación), por lo que se recomienda complementarla con otra fuente que garantice las 400 UI que necesita al día.
Por ello, se recomienda la toma de suplementos de vitamina D a todos los bebés durante su primer año de vida para alcanzar la dosis diaria recomendada de 400 UI.
Para niños mayores de 1 año, tu pediatra determinará exactamente la cantidad que tu niño necesita.
Y si tienes dudas sobre si tu bebé necesita tomar un suplemento de vitamina D, consulta con el pediatra.
¿Cómo se usan los suplementos de vitamina D en bebés?
En el mercado podemos encontrar diferentes formas de presentar los suplementos de vitamina D para tomar por vía oral: comprimidos, cápsulas, cápsulas de gel, gel masticable y soluciones líquidas, y además cada una de ellas con diferentes cantidades de vitamina D.
A los peques les cuesta mucho tomarse pastillas o cápsulas duras, además del riesgo de atragantamiento que puede haber. Por ello las formas más adecuadas, y únicas en el caso de los bebés, son los suplementos líquidos, que son fáciles de administrar y tragar.
Cuando le des vitamina D líquida a tu bebé, asegúrate de no darle más de la cantidad recomendada. Lee las instrucciones que vienen con el suplemento y usa solo el sistema dosificador que proporciona el producto.
Lee detenidamente las instrucciones de uso. Revisa la cantidad de vitamina D que debes darle a tu bebé y sigue las pautas que te indiquen para medir y administrar la dosis. Es muy importante asegurarte de no exceder la dosis recomendada.
Con ayuda del sistema dosificador que provea el producto, descarga el líquido en la boca de tu pequeño, ya sea en la lengua o en los laterales de la boca. No le pongas las gotas en la garganta, ya que podría causarle molestias e incluso provocarle tos o asfixia.
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Y, sobre todo, ante cualquier duda, consulta al pediatra.